lunes, 12 de febrero de 2007

Una noche a solas



¿Nunca has pensado en desaparecer? Esa noche parecía que la luna esperaba en todo su esplendor la respuesta a un dilema conocido por aquellos recuerdos que miraban sentados conmigo en ese alambre que colgaba en medio de las nubes. Un empujón bastaba para dar la razón a mis miedos, un grito para pedir la ayuda necesaria que me devolviera a la tierra, y un silencio para continuar otro día más haciendo malabares. Nunca he sido un buen equilibrista pero mis pasos siempre han sido firmes en mi destino y en mis sentimientos. Siempre creí en ellos como mi mejor guía en la vida pero una vez más, me di cuenta de que tampoco se me daba bien navegar, y menos en un barco sin tripulación lleno de abordajes, saqueos y piratas que lejos de hacer rehenes morían en mi camarote para convertirse en fantasmas del pasado. No quería almas errantes que cumplieran tu cometido, no quería voces que recorrieran mi cuerpo como un escalofrío recordando tu nombre de la misma forma que lo hacían tus manos, no quería verte morir donde muchos aun yacían pensando su última voluntad… No quería convertirte en mi fantasma en un viaje sin retorno hacia Nunca jamás.
Es extraño pero ni el tiempo ni la soledad me asustan, ni siquiera esta altura. Desde aquí puedo ver el mundo girar despacio, tranquilo, sosegado como dirigido por la batuta de mis miradas, marcando el tempo y los pasos a seguir en una balada que no deja de sonar en las cabezas de los que viven el día a día como si fueran la mejor de sus bandas sonoras. Así era yo, así me sentía: diferente. Pero que era la diferencia. ¿Lo perfecto? Lo perfecto no era más que aburrido. Quizás lo perfecto para mí era estar colgado de este alambre, pero sus hilos no son perfectos. Que más da, dejé de creer en el mundo por su incesante búsqueda de la perfección para crear mi realidad. Una realidad en la que nada cambiara, en el que las agujas del reloj añadieran horas a mis días, en el que los miedos fueran pasto del infierno y el rey de los cielos dominara con el impulso de sus sentidos. Una realidad sin cuentos de hadas ni historias siempre contadas por aquellos que hacían de la palabra el mejor amigo del hombre, con velas encendidas repletas de deseos por cumplir, y envuelta en colages de tonos rosas, sonrisas sinceras, fotos movidas, noches con teléfonos en vela…
Levante los ojos de esos edificios interminables para volver a recibir con claridad el abismo en el que veían precipitarse no sólo mis anhelos y mis sueños, sino mis lágrimas. Sin embargo, había una diferencia: mis manos. Ellas se aferraban a ese hilo que parecía desatarse en una cuenta atrás predestinada a convertirme en aquella moneda que todo niño echa al pozo de los deseos. En ese último segundo de eternidad, mis ojos de sorpresa solo podían avisar a la luna de cual era mi respuesta. Mis ojos lo decían a gritos mientras mis labios en calma disfrutaban de esa falta de gravedad que me hacían sentir como flotaba en mis palabras…Aquel que desaparece es el que se deja vencer por el olvido, mientras me recuerdes, siempre estaré contigo…

jueves, 8 de febrero de 2007

...Pero a tu lado

Déjame la luz encendida en la ventana de tus sueños. No quiero tirar piedras, tan solo mirar si estas despierta. Mirar por última vez tus ojos me obsesiona pero es necesario para volver a mi cama. No lo comprendo. ¿Por qué tu mirada no me deja cerrar los ojos? Me retuerzo es mis pensamientos buscando esa postura que aclare aun mas la solución a este dilema, pero lo único que encuentro es el hueco de tu cuerpo aún reciente en mi cama. Parece mentira pero hace días que mis sabanas te echan de menos.
Ojala fueran sólo ellas.
Desde que pasaste por el umbral de los extraños, ya no recuerdo otro lugar que no sea tu sonrisa, no miro el tiempo sino es en el reloj de nuestros momentos y no encuentro sentido a las palabras si no tienen tu remite en ellas. Mis manos las olvidan, mis labios las destrozan y la máquina del tiempo no logra volver a comprobar si cualquier tiempo pasado fue mejor. Acostumbrado al presente, futuro y pasado pierden su contexto cuando mis brazos paran el tiempo en tu cuerpo. No se si buscan aquella marca del destino. Quizás no quieren olvidar la suavidad de tu piel. Nunca me han gustado los cuentos de hadas, pero no puedo evitar pensar en aquel zapato de Cenicienta que intenta encajar. A lo mejor esto no es más que un delirio pero no puedo dormir. Aquel minuto que pedía de descanso, se ha convertido en un deseo… en un segundo. Dame ese segundo que me pediste sin miedos, devuélveme esa sonrisa que me dio tu felicidad, tráete consigo un poquito de nuestros momentos envuelto en esa bola donde nunca deja de nevar. Ah… y que no se te olvide, deja esa luz encendida en la ventana de tus sueños, sólo de ese modo sabré que tus ojos desearan volver a verme.

domingo, 31 de diciembre de 2006

Mensaje para él y ella


Quise cambiar mi mundo por dos palabras. Creía que así saldaría las cuentas de un pasado que me debía dos sonrisas y una mirada. Un pasado que me llenó de olvidos mis recuerdos y de despedidas mis reencuentros. Un pasado disfrazado en unos labios y escondido en la oscuridad de unos ojos que gritaban de libertad en esa pequeña despensa de sueños rotos. No había luces pero sí sombras. Dos contornos unidos incautos de ser encendidos por un amanecer donde querer no es poder y los sueños, sueños son.
Sueños o realidades, alientos o suspiros. La respiración se entrecortaba al oir esas palabras repetidas sin eco pero aisladas entre unos labios que lejos de callarse, gritaban a los sordos y a los mudos, a aquellos que usan el silencio para hablar de lo más bello. Y aquello era bello. Era belleza. Una belleza representada no en esos contornos ocultos a la luz, no en esas miradas clavadas hasta en el rey de los tuertos, no en esas manos que anhelaban reconocer donde quedaron las marcas de sus abrazos. La belleza estaba en las nuevas páginas que borraban el epitafio de un libro que lejos del fin, terminaba con un “continuará”. Nadie podría saber de su existencia más que ella y yo, los dueños de las letras de esta historia.
Una historia distinta, una historia real, una historia basada en sueños de los que sufren de insomnio, en la desesperación del iluso y en el conformismo del ambicioso que lejos de ser llevada al cine, sólo aquella carreta de la calle mayor podía darle vida con sus marionetas rotas. Así éramos ahora, dos marionetas sin guión, sin función, sin aplausos, esperando que algún día aquel director y creador de sinceros pinochos nos sacara de una caja de Pandora mal cerrada en la que yacíamos sentadas frente a frente, cara a cara, con sonrisas y miradas pintadas. Tan pintadas que ni las lágrimas de estas palabras podía borrarlas, podía cambiarlas, como yo quise cambiar mi mundo…por dos palabras.

martes, 28 de noviembre de 2006

Un mensaje

Siempre se ha dicho que las imágenes valen más que mil palabras...pero este no es el caso. Estas palabras podrían no interpretarse por prejuicios musicales, pero para aquel que deje atrás sus ritmos personales encontrarán en esta base y en esa voz el verdadero ritmo de la vida, de una vida en la que, aunque el ser humano brille por su distinción, el denominador común lo marcan los latidos de un corazón. A veces más rapido o a veces más lento, pero sintiendo en cada momento o lugar, en cada recuerdo u olvido y en cada beso o lágrima el significado de la palabra "AMAR". Una palabra que bien hombre o mujer sin distinción de géneros convirtió en aquella persona distinta a las demás en la verdadera droga de la vida, aquella que consumes a través de unos labios recorriendo todo tu cuerpo para llegar a tu cerebro y demandar más sin preguntarse un como ni un porqué, sólo disfrutando la dosis. para todos aquellos que han luchado, han sentido o han sufrido por amor...estas palabras quizás traigan a la mente buenos o malos recuerdos, sin embargo os harán recuperar el verdadero ritmo de una historia que al igual que esta canción, sonó dentro de vosotros.

domingo, 26 de noviembre de 2006

Una de mis bandas sonoras

Si pudieramos poner una banda sonora a nuestra vida todos tendríamos aquella canción que perfectamente iría sonando al ritmo de cada uno de tus pasos. Para mí esta es una de ellas con las que transformo mi vida en un videoclip de 3 minutos...

Más allá de la ventana

Seis pisos de escaleras o la suma de dos botones y dos aperturas de puertas. Como bien dije en el para unos "prólogo" y para otros felpudo de "bienvenidos" virtual de este pequeño diario, los números nunca fueron predilección en mi formación como estudiante de periodismo -no es porque yo lo diga, sólo sería cuestión de repasar mi irrevocable caída, cual empresa en quiebra, de notas en economía-. Sin embargo, a través de este resultado matemático-metafórico, se podría encontrar respuesta a la distancia que separa al observado del observador desde mi ventana.Pues bien, si ayer me personé como observador en mi testimonio, hoy las circunstancias me hicieron pasar a fomar parte de aquellas gentes que en pasados momentos ilustraron el ahora relato y que incluso en futuras apariciones al son de espíritus literarios tendrán la oportunidad de contemplar la que podría ser su estatua personal construida con estas mismas palabras llenas de recuerdos.Como bien decía, sí, eran seis pisos. Tramos de escaleras que marcan también el paso del tiempo y el de los propios pasos valga la redundancia. Unos cortos y precavidos de los vecinos más veteranos, otros fuertes y decididos de aquellos para los que empezar el día antes que la luz del sol suponía ganar la lucha a las 24 horas, otros rapidos y casi invisibles de los niños que no entienden de cansancio, gasto de energía o simples preocupaciones, y por supuesto no podían faltar los invisibles, pasos de aquellos que un día más tomaron la rutina como decisión para usar el viejo ascensor. La rutina, la desidia o la lesión de rodilla tomaron la decisión consensuada de usar la vieja pero renovada caja de cerillas ahorcada entre poleas para llegar al que será un poco más adelante el fondo de la cuestión.Una cuestión que esconde entre sus incognitas una puerta que lejos de parecerse a aquella de Ali Babá -las voces para su apertura son claves pero para encontrar su complejo sistema basado en el clásico botón rojo-, entraña ante sí miles de murmullos, pensamientos y ruidos que pintan cada uno de los rasgos de este cuadro que reflejaba en esa ventana a mi propio Dorian Gray.El irrespetable paso de cebra, la panadería de Isidro I el "Grande", Ángel y su curioso concepto frutería-pescadería, la desconocida peluquería, el nunca presente Andrés con su charcutería y tienda de embutidos -si le encuentras en ella, rompiste la rutina- , Miguel y aquel kiosko que de pequeño quise heredar como negocio familiar y "Pol" con su peculiar visión de la cafetería americana y por que no decirlo, del inglés...Estos y muchos otros no son más que un retal del mapa del mayor de mis tesoros que guardare siempre en esa caja "latente": mi calle, mi barrio...mi historia.

Un comienzo sin final...

No me digas por qué. Ni yo mismo sabría encontrar respuesta en estos momentos a estas palabras. Simplemente me senté un día más delante de este teclado con mucho que pensar y poco que decir. La noche acaba de llegar y asomándome a la ventana no he tenido más que la esperanza de sentir la sensación de aquel sueño de Martin Luther King. Sin embargo, sólo ante mis ojos vuelve a emerger cual Atlántida la misma calle que miraba cuando era niño y que con el paso del tiempo ha sido testigo de mi observación unos días por la lluvia, por el viento, por la esperada llegada de mi madre u otros por el mero hecho de ver como sus gentes pasaban de un lado a otro en la mañana, tarde o noche como ahora. Muchas miradas, dedos marcados y vahos de suspiros, que han convertido aquel reflejo de mi ventana en mi particular retrato de Dorian Gray, donde todos los recuerdos de 23 años marcan de algún modo mi cambio y el de todo un barrio: Carabanchel.Quizás en esta ventana encontré la respuesta y la necesidad de convertir mis pensamientos y recuerdos en letras para hacer llegar a través de esta ventana virtual la vida de un chico de barrio sin "gafotas" literarios ni "satánicos" cinéfilos. Un chico que como los miles de millones que habitan dentro y fuera de España, encuentran en la escritura una forma de hacer llegar una historia, su historia, mi historia.Por ello, es probable que para muchos este no sea su tema predilecto u otros ni siquiera se molesten en leer más allá del titulo como un gran número de compradores compulsivos de ideas en busca de una aprobación social. Sin embargo, como buen alumno de letras, los números nunca han marcado mi planteamiento vital y tengo por seguro que en ellos no buscaría el objetivo de toda palabra, el cual desde mi punto de vista no radica en la cantidad sino en la calidad de aquello que haces llegar al lector. Identificación, rabia, alegría o incluso crítica, emociones de cualquier persona que tiene algo que decir y que como yo, sigue viendo a través de su ventana como el paso del tiempo no hace más que añadir un capitulo a la historia, su historia, mi historia.

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